acción cultural emergente desde la periferia urbana

agosto 04, 2008

CULTURA EMERGENTE URBANA



LO EMERGENTE





- Emerger: Brotar, salir a la superficie. Aparecer en medio de algo. Destacarse de un conjunto. (dicc.)
- Que emerge, que nace, sale y tiene origen en otra cosa. (dicc.)


El concepto emergente explica la totalidad cualitativa de cambios que son generados espontáneamente por un sistema. Las propiedades de este comportamiento se deben a las interacciones entre los diferentes partes del sistema. Este tipo de discurso proviene de las ciencias y en particular de los estudios sobre complejidad (Edgar Morin).



Desde una perspectiva socio-cultural se refiere a un nuevo conocimiento que irrumpe en nuestro contexto (Raymond Williams). Por ejemplo: cuando vemos que regiones o países que no eran parte de la cartografía cultural occidental empiezan a “brillar” o “visibilizarse” en el mapa, se definen como zonas o procesos emergentes, o cuando sectores de la periferia urbana se expresan cultural o artísticamente se definen ya como culturas emergentes.


Desde un punto de vista local, es a partir de las grandes migraciones provincianas ocurridas desde mediados del siglo pasado, que ya se configuran una serie de procesos culturales que diferencian la Lima actual en sectores definidos como dominantes y emergentes. (Matos Mar)



Lo emergente en el siglo XXI comparte dos acepciones que no se contraponen sino mas bien se pueden estructurar en conjunto:

a) Lo nuevo, en referencia a las nuevas tecnologías informativas y comunicativas, y

b) Los entornos locales socio-culturales de la periferia.


Lo emergente amplifica los avances culturales que emplean conceptos de la ciencia y la tecnología para producir un nuevo tipo de interacción socio-cultural.

En las relaciones entre cambio social y cambio cultural, todo periodo sociocultural posee un dinamismo que se expresa en formas dominantes, residuales y emergentes. Las formas culturales dominantes están íntimamente integradas a los mecanismos sociales de dominación y son el espacio donde se despliega la reproducción cultural, lo residual es la "obra realizada en sociedades y épocas anteriores y a menudo diferentes, pero todavía accesibles y significativas" y lo emergente es "la obra de diversos tipos nuevos (...) accesibles como prácticas", es decir "los nuevos significados y valores, nuevas prácticas, nuevas relaciones y tipos de relaciones que se crean continuamente" (Raymond Williams)(1).


Lo emergente, en tanto nuevo, puede ser objeto de intensiva incorporación (adaptación) sobre todo cuando se trata de valores "alternativos y de oposición"; o puede ser objeto de exclusión y marginación. Las culturas populares urbanas consideran elementos arcaicos, residuales (a veces resistentes, a veces apropiados y adaptados en la dominación) y elementos emergentes (a veces alternativos y opuestos a los valores dominantes, a veces integrados sistemáticamente mediante dinámicas de reconocimiento y expropiación, y muchas veces sencillamente excluidos, rechazados e invisibilizados por la formación cultural dada).



CULTURAS EMERGENTES:

“Hablar de América como una civilización emergente no es una utopía irrealizable: es el único camino que tenemos para asumir nuestra diferencia en términos de un proyecto que nos asegure un lugar digno en el nuevo milenio.
No asumirnos como civilización es aceptar la servidumbre espiritual, conformarnos con ser furgón de cola de Occidente, renunciar al futuro.”

Adolfo Colombres


Son las nuevas culturas que se conforman a partir de la necesidad por mantenerse dentro de la sociedad de manera no “formal”. Se crean gracias a la emergencia de múltiples movimientos sociales que desbordan, a través de sus discursos y prácticas, las tradiciones científicas de perfil autoritario. Son organismos dinámicos y efectivos que impulsan a la integración y fortalecimiento de las asociaciones, desde una identidad compartida como cuerpo con políticas, estrategias y acciones comunes al servicio de la transformación social, en relación a una interculturalidad (Rossana Reguillo).

Resultan de los fenómenos sociales como los desplazamientos internos, las migraciones, las dinámicas sociales y culturales urbanas y el desarrollo de nuevas tecnologías.

Como una creciente visibilidad de actores, prácticas y representaciones que trastocan los esquemas tradicionales del hacer ciencia y que en su accionar de designados se tornan en designadores. Es decir, señalan con su presencia la multiplicidad de conflictos que la sociedad contemporánea y sus expertos deben analizar. (por ejemplo, los movimientos indígenas que interpelan al Estado-nación y las formas de la política tradicional)

Según el modelo de Toynbee para la evolución de las culturas (ascenso-culminación-declinación-desintegración), la declinación ocurre cuando una cultura se ha vuelto demasiado rígida en su tecnología u organizaciones sociales para responder el desafío que plantean las cambiantes condiciones.


Durante este proceso de declinación y desintegración, mientras la corriente cultural predominante se petrifica al aferrarse a ideas fijas y patrones rígidos de conducta, aparecen en escena estructuras creativas que transforman algunas de los antiguos elementos en nuevas configuraciones que se vuelven parte de la nueva cultura emergente.

Así, los partidos políticos tradicionales y sus ideologías políticas, las grandes corporaciones multinacionales y la mayoría de nuestras instituciones académicas forman parte de la cultura declinante.

Mientras la transformación está ocurriendo, la cultura declinante se rehúsa a cambiar aferrándose aún mas a sus ideas caducas, tampoco las instituciones sociales dominantes entregarán su rol directivo a las nuevas fuerzas culturales. Pero su declinación y desintegración serán inevitables, mientras la cultura emergente seguirá ascendiendo y a la larga, asumirá su rol directivo.